jueves, 21 de octubre de 2010

DÍA INTERNACIONAL DE LAS BIBLIOTECAS






























Desde que la humanidad descubrió la palabra escrita, sus soportes han sido sus eternos compañeros de ruta. Al principio eran tablillas de arcilla como las que se descubrieron en Nínive, capital del imperio asirio; después los escritos se plasmaron en papiro en el antiguo Egipto; los griegos y los romanos usaron el pergamino y, por fin, se descubrió el papel, la forma más común de trasmitir las ideas mediante escritos.

Desde el principio los hombres reunieron sus escritos en lugares específicos donde guardar ese cúmulo de conocimientos. A partir de la cultura griega a esos lugares se les conoce con el nombre de bibliotecas (biblion: libro, y theke: armario).

A lo largo de la historia de la humanidad ha habido innumerables bibliotecas pero, tal vez, la más importante y famosa de todas ellas ha sido la de Alejandría, fundada por Ptolomeo I Sother en el s.IIIº a.C. Se dice que allí se encontraba albergado todo el conocimiento que los hombres poseían en aquella época, la helenística; se cree que en sus estanterías reposaban hasta un millón de libros. Desgraciadamente los seres humanos en su inconsciencia también atacaron en varias ocasiones éste centro del saber, hasta que en el año 391, tras el edicto del emperador Teodosio el Grande ordenando la destrucción de los templos paganos de Alejandría, desapareció este auténtico faro de la cultura y de la convivencia.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces, pero a los seres humanos nos ha gustado atesorar textos en esos lugares casi sagrados que son las bibliotecas.

En nuestro tiempo se ha dedicado un día al año para tener presente la importancia de estos lugares. Nos referimos al Día Internacional de las Bibliotecas que se conmemora a nivel mundial el día 24 de octubre.

Por éste motivo la Biblioteca Séneca de la Asociación Cultural Nueva Acrópolis de Cádiz viene promocionando tan importante celebración y os invita a utilizar las bibliotecas de nuestra ciudad, incluida la nuestra donde también tiene lugar cada mes la tertulia del “club del libro”, donde se comenta uno de los muchos libros que constantemente se están editando.

Estamos en la calle San Pedro nº 1.
Tfno: 956 21 17 59
Horario: tardes de 7 a 10, de lunes a viernes.

jueves, 2 de julio de 2009


Antoine de Saint-Exupèry escribió, dibujó y publicó esta pequeña gran obra en 1943, mientras vivía en un hotel de Nueva York tras haber abandonado Francia al ser invadida por los alemanes.

Se publicó primero en EEUU, pero, casi ya desde el principio, adquirió una gran fama que contribuyó a su difusión universal, habiendo sido traducida a ciento ochenta idiomas.
Todos dicen que es un libro que parece dirigido a los niños pero que, en realidad, ha sido escrito para los adultos, aunque éstos, para entender su lenguaje metafórico, tienen que volver a ser niños.
Si lo anterior es cierto, también lo es que, dado los diferentes niveles de interpretación que cada uno le puede aplicar, y que no tienen porqué coincidir con el que el autor le quiso dar, es un libro que puede ser leído tanto por los niños como por los adultos, pues ambos pueden disfrutar de la bella historia que narra.
Cuenta la obra que, tras haber sufrido un accidente, un piloto tiene que realizar un aterrizaje forzoso en pleno desierto. Allí se queda varado sin apenas agua ni alimentos. Es entonces cuando conoce a un pequeño personaje, el principito, que, inopinadamente, surge de la nada. Entonces se establece una relación entre ambos que termina por marcarles profundamente, sobre todo al aviador, pues el principito también estaba influido por los diferentes encuentros que mantiene con los distintos y arquetípicos personajes que conoce desde que sale de su pequeño planeta.
Son muchas las interpretaciones que se pueden dar de esta obrita literaria. Cada cual que se quede con la suya, que seguro que es tan válida como la de cualquiera. Los que asistamos a la reunión del Club del Libro que celebraremos en la Biblioteca Séneca, de Nueva Acrópolis de Cádiz, el próximo tres de julio, viernes, expondremos las nuestras. Os invito a que participeis, no sólo con vuestra presencia, sino para que expreseis todo aquello que "El principito" ha hecho surgir en vosotros.

Antoine de Saint-Exupèry


Antoine de Saint-Exupèry tuvo a lo largo de su vida dos amores a los que se entregó sin reservas. Son éstos la escritura y la aviación, o al revés, puesto que tan importante fue la una como al otra; de hecho, ambas estuvieron tan imbricadas en el alma del autor que no se sostiene su obra literaria si no se basa en su actividad como piloto de aviación.
Nació en Lyon (Francia) el 29 de junio de 1900, en el seno de una familia aristocrática, si bien perdió a su padre a los cuatro años de edad, siendo su madre, a la que se mantuvo ligado hasta su muerte, la persona que más le influyó a lo largo de su vida.
Quiso entrar en la Escuela Naval sin conseguirlo y, posteriormente, intentó incorporarse al Ejército de Aire, pero la familia de su novia de entonces se opuso y desistió. No obstante, durante su servicio militar obtuvo el título de piloto civil y a partir de entonces se dedicó a ser aviador el resto de su vida.
Trabajó para la compañía Aeropostale en diversos países y, tras la quiebra de ésta, pasó a ser piloto de la línea aérea Latécoère, precursora de Air France. En esta época, desde 1936 al inicio de la Segunda Guerra Mundial, coincidiendo con sus diferentes destinos como piloto, escribió "El aviador" (1926), "Correo del sur" (1928), "Vuelo nocturno" (1931) y una colección de artículos "Tierra de hombres" (1939).
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, se incorporó al ejército de aire de su país, participando en numerosas y peligrosas misiones de guerra, pero, a la caída de Francia en manos de los alemanes, tuvo que marchar a Nueva York. En esta ciudad escribió y publicó "Piloto de guerra" (1942), "Carta a un rehén" (1943) y "El principito" (1943), su obra más universal y conocida.
A partir de 1943 se incorporó a las fuerzas francesas de África del Norte, de nuevo como piloto de guerra. En el transcurso de una de sus misiones bélicas, el 31 de julio de 1944, su aeronave de reconocimiento desapareció en el Mediterráneo y con ella también su piloto.
Tras su muerte, en 1948, se publicó "La ciudadela", obra de carácter alegórico que el autor no consiguió concluir.
En 1998, en las costas de Marsella, un pescador encontró una pulsera que tenía grabado el nombre del escritor. Cinco años después, en esas mismas aguas se hallaron los restos de un avión, el cual fue identificado en 2004 como el que el escritor pilotaba cuando desapareció. Posteriormente, en 2008, un antiguo piloto alemán, Horst Rippert, declaró a un diario francés que fue él el que derribó al avión de Saint-Exupèry en 1944.

jueves, 4 de junio de 2009

El fin es mi principio


Como todos los primeros viernes de mes, va a tener lugar en la Biblioteca Séneca de Nueva Acrópolis de Cádiz una nueva sesión de la tertulia del Club del Libro.

Esta vez se comentará el libro "El fin es mi principio" del autor italiano Tiziano Terzani, editado en castellano por Editorial Maeva en Noviembre de 2007.

La idea de escribir el libro la tuvo el escritor en Marzo de 2004, cuando ya sabía que el proceso canceroso que padecía estaba llegando a su final. Por este motivo, decide reunirse con su hijo Folco, manteniendo con él una serie de conversaciones a través de las que pretende transmitirle su visión de la vida. Terzani rememora los hechos que han conformado y marcado su existencia desde su humilde nacimiento en la ciudad de Florencia, y lo hace con la serenidad que le proporciona la visión espiritual que ha adquirido durante su estancia de tres décadas en Asia. Habla de su labor como corresponsal de guerra, de sus contactos con la espiritualidad china, india y tibetana y de sus intentos de comprender a aquellos que no tienen una visión del mundo cercana a la que tenemos en Occidente, y que es tan válida, al menos, como la nuestra.

A través de su mirada comprometida y comprensiva de las diferencias intenta transmitir a su hijo su insaciable curiosidad y amor por el mundo y los hombres que lo habitan. Así, termina diciendo "si me preguntas qué dejo al final, dejo un libro que quizás pueda ayudar a alguién a ver el mundo de un modo mejor, a disfrutar más de su propia vida, a verla en su contexto más amplio, como el que yo siento con tanta fuerza".

Tiziano Terzani


El periodista y escritor italiano Tiziano Terzani nació en Florencia en 1938, en el seno de una humilde familia de la ciudad, y murió en Onsigna, enfermo de cáncer, en 2004.
Estudió Derecho, pero nunca ejerció como jurista, pues su verdadera vocación fue el periodismo. Desde 1972, durante 25 años, fue corresponsal en Asia del diario alemán "Der Spiegel", aunque también trabajó para los diarios italianos "Corriere de la sera" y "La Repubblica" y para el semanario "L'Espresso".
Su labor periodística le llevó a asistir a la caída de Saigón al final de la guerra del Vietnán, a relatar la inmensa labor humanitaria desarrollada por la madre Teresa de Calcuta, a contemplar la callada misión espiritual realizada por los monjes lamaistas en los recónditos monasterios del Tibet o a seguir la evolución de la China maoista con mirada crítica, motivo por el que en el año 1984 fue expulsado del país por las autoridades comunistas.
Vivió en Pekín, Singapur, Tokio, Hong-Kong, Bangkok y Nueva Delhi, pero, tras abandonar su trabajo periodístico en 1997, se retiró a las faldas del Himalaya en su vertiente hindú.
Su estancia en Asia le influyó notablemente, hasta el punto de adoptar como propia la visión profundamente espiritual de los hombres de Oriente. En este sentido decía: "Hay que comprender los motivos del otro y ser respetuoso con las demás formas de ver el mundo. En Occidente no tenemos ni el monopolio sobre la cultura, ni el monopolio sobre la dignidad de la mujer, ni el monopolio sobre la sabiduría". No tenía una religión definida, pero la forma religiosa que más le impactó fue el taoismo.
Ha escrito varios libros, pero sólo tres han sido traducidos al castellano. Los dos primeros "Un adivino me dijo" (2003) y "Cartas contra la guerra" (2003) están formados por textos procedentes de su trabajo como corresponsal; el tercero "El fin es mi principio" (2004), realizado poco antes de su muerte, quiere ser el legado que el escritor deja a la humanidad.

martes, 12 de mayo de 2009

Los girasoles ciegos


El 15/05/2009 va a tener lugar en la Biblioteca Séneca de la asociación Nueva acrópolis de Cádiz, la reunión correspondiente al mes de mayo del "Club del libro".
En esta ocasión el libro del que se ocupará la tertulia será "Los girasoles ciegos". Esta obra, que fue publicada por la Editorial Anagrama en 2004, es la única que su autor, Alberto Méndez, ha conseguido editar; posiblemente porque en ese mismo año tuvo lugar su fallecimiento.
El libro ha constituido un gran éxito, tanto de público, ya que lleva numerosas ediciones y ha sido traducido a varios idiomas, como de crítica , conseguiendo prestigiosos premios como el Setenil al mejor cuento del año 2004, el de la Crítica de ese mismo año y, a título póstumo, el Nacional de Narrativa de 2005. También ha inspirado la película del mismo nombre del director y guionista Jose Luis Cuerda, con guión del mismo y de Rafael Azcona, estrenada en 2008.
No es una novela, sino lo que se conoce como "ciclo de cuentos", aquellos que están constituidos por una serie de relatos independientes, pero, al mismo tiempo, relacionados entre sí, dando lugar a una unidad de sentido que los trasciende. En este caso, son cuatro los relatos que conforman el conjunto de la obra: "Si el corazón dejara de latir", "Manuscrito encontrado en el olvido", "El idioma de los muertos" y "los girasoles ciegos". Son historias que tratan de la Guerra civil española (1936-1939) y de sus consecuencias, pero lo hacen desde el punto de vista de los vencidos. Son ellos los que nos hablan de su derrota, de hecho Alberto Méndez incluye esta palabra en el título de sus relatos, de lo amarga y dolorosa que fue su vida en la España de Franco, que nunca les perdonó que pensaran de un modo diferente al impuesto por los vencedores. Pero también nos recuerda el autor, sobre todo en el último cuento, que en una guerra civil, en una sangrienta guerra entre hermanos, no hay, en última instancia, ni vencedores ni vencidos, sino que, de un modo u otro, todos somos perdedores.

jueves, 7 de mayo de 2009



Poco se puede decir de este escritor tardío que publicó su primera, y prácticamente única obra a los 63 años.

Sabemos que nació el 27 de agosto de 1941, aunque, según algunos lo hizo en Madrid, y según otros en Roma, donde estaba destinado su padre, que trabajaba para la FAO. Lo que no se discute es que murió en Madrid el 30 de diciembre de 2004.

También se conoce que estudió el bachillerato en Roma y Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de la capital de España. Después se dedicó, como él dice, a luchar por la vida trabajando en el mundo editorial, realizando su labor en numerosas casas editoriales nacionales y extranjeras. Así mismo fue autor de muchos guiones para producciones de televisión, trabajando sobre todo para Pilar Miró, pero como era militante del Partido Comunista de España, hasta 1982, en muchas ocasiones no pudo firmar sus escritos.

El autor dice de sí mismo "Mi vida ha sido, y así pretendo que sea, una vida oscura y oscurecida por mi dedicación al trabajo y a la familia. El resto ha sido mi miilitancia política, la clandestinidad, y una obcecación tan fracasada como enfermiza por contribuir a la caída de la dictadura. Lo malo es que, además de no caer, me arrojó encima toda la excrecencia que dimanaba".

En 2002 quedó finalista del premio internacional de cuentos Max Aub con el segundo relato de los cuatro que componen su libro más conocido: "Los girasoles ciegos", publicado por Editorial Anagrama en 2004.